Lobotonia Live!

La última telenovela de Televisa no se emitió en su canal y no fue protagonizada por ninguno de sus actores de costumbre. Pasó a través de Internet y se llamó…

#TelevisaTieneMiedo

Ahora, hablando en serio, no voy a negar que el caso ha sido para sentarse a verlo con un balde de palomitas de maíz a la mano. Han habido más respuestas emocionales que racionales y el resultado final se asemejaba más a una fiesta con piñata -a ver quién la rompe, quien le pega más duro- que me imagino habrá tenido a los ejecutivos de los canales de la competencia muy, muy felices de ver que machacan a sus rivales.

Pasado el momento, han empezado a aparecer en la web las primeras opiniones sobre el tema, y la misma conclusión de siempre, que no sirven las "manifestaciones desde la silla"  que al final los ratings de Televisa ni se movieron. En fin, que todo fue inútil, y normalmente no pienso mucho en ello; pero resulta que tanto la Internet como la TV son frecuentes en mi trabajo, y tengo que admitir que hay tendencias que me interesan mucho. Lo suficiente para escribir de ellas ahora.

Para empezar, el hecho de que estén buscando las consecuencias de esta manifestación en las cifras de rating, me confirma algo que ya muchos deben sospechar: la televisión, como la conocemos, va camino a la obsolescencia. El famoso #ApagonTelevisa en realidad es sólo un acto simbólico, que incluso mucha gente consideró inútil desde que se propuso, y si las cifras de rating no se mueven es porque la mayoría de los que lo convocaron –ese grupo de gente que ya se comunica principalmente a través de la Internet- realizó su “apagón” mucho tiempo atrás. Yo mismo tengo que reconocer que a pesar de trabajar en video y haber editado algunos programas para la TV, casi ya no veo TV: A veces una hora al día, pero casi siempre, hora y media a la semana, y a veces ni eso.

Hace algunos años, eso hubiera significado que al encontrarme con mis amigos, todos ellos estarían mejor informados que yo, y tendría problemas para entrar a la conversación sobre “lo último.” Actualmente, es al revés, incluso cuando mis padres van a ver el noticiero, terminan comiéndose un festival de spoilers. (Sí, spoilers del noticiero, ¿Qué tal suena eso para título de una novela?)

El caso es que aunque casi no veo TV (O quizá, gracias a eso) soy el mejor enterado de la actualidad en mi familia, y entre varios de mis amigos. Ya no es esencial ver TV para mantener una vida social aceptable. De hecho, en algunos círculos la TV ya es irrelevante.

El lado cínico de mi cerebro piensa que esto ya lo saben los dueños de los mayores canales de TV, y por eso tantos intentos de desprestigiar a la Internet, o de controlarla abusivamente con copyrights, leyes de censura… como dicen los españoles, quieren hacer que la Internet se convierta en otra TV, en donde la información es totalmente controlada por un puñado de corporaciones. Algo me dice que los gobiernos apoyan esas iniciativas porque el control de la información es parte de su “negocio” también.

Por otro lado, sobre las “manifestaciones desde la silla.” Es cierto que no funcionan… del modo en que tradicionalmente esperan los medios. La verdad es que estamos malacostumbrados, consideramos una protesta exitosa cuando se cierran calles, se toman edificios, se queman cosas, se apedrea gente y si hay unos cuantos muertos, pues mejor. Las manifestaciones por Internet lo único que dejan a su paso es información, mucha información desperdigada por múltiples sitios de la internet, repetida tantas veces que es virtualmente imborrable.

Me pregunto, a un ejecutivo de TV, o a un Gobernante, ¿Qué le molestará más? Porque los edificios vuelven a construirse, y los dueños culparán al que lanzó la piedra; los muertos sólo los lloran sus familiares, y alguien terminará preso por el asesinato. Mientras que el ejecutivo, gobernante, o lo que sea, sigue viendo la manifestación… desde la silla, y le basta hablar con dos o tres personas para aplicar una censura que hará que el hecho se olvide en unas semanas, meses a lo sumo.

Pero ¿Y si no puede censurar? ¿Si la información sale y se repite una y otra vez hasta hacerse imborrable? ¿Si no puede impedir que más gente aprenda a defenderse de los abusos? Al final va a ser que en estas manifestaciones virtuales el único que no se queda en la silla es el que realmente tiene que irse. Es cierto que no se ven resultados, porque no tienen que verse; se van a sentir a largo plazo, que al fin y al cabo es lo que importa más. Ya lo dijo Rosa María Palacios (@rmapalacios en Twitter) en su programa Prensa Libre (uno de los pocos que trato de ver) con motivo de la manifestación via Twitter por una obra que nunca se acaba y va costando ya demasiado, “Llegamos a 7000 personas… pensemos, que con menos personas se toma una carretera” (quizá no lo dijo, así, mi memoria es mala, pero se entiende)

Y con esto, vuelvo a lo de la TV: Como verán, la Señora Palacios tiene una cuenta de Twitter, y por la Web fuimos testigos de como fue aprendiendo a usarla. En su programa de TV (y tengo entendido que uno de radio también) hace uso de twitts, para saber qué debe preguntar a los entrevistados, o tener un esbozo de la realidad nacional. Incluso una vez –cuando trataron de negar los problemas que causó una inundación- las pruebas de que realmente había un problema fueron… fotos en el Facebook.

A lo que voy, es que la TV tiene que reinventarse. Las nuevas generaciones ya no soportan ser alimentados pasivamente de información. Los jóvenes ya no tienen un diario, sino un blog, están acostumbrados a tener lectores –ese privilegio que antes era de los escritores- y a recibir críticas, y a criticar. Las redes sociales les han acostumbrado también a que la comunicación no tenga demoras por la distancia. Y que los famosos son también personas como ellos, que lo que dicen las personas que salen en la TV y escriben en los periódicos no es cierto sólo porque ellos lo dicen, y que si algo no les gusta o les parece incorrecto, tienen el derecho de contestar, y lo hacen.

Por algo, el otro programa exitoso en la TV Peruana es Cinescape, que tiene Facebook, el conductor tiene Twitter, Y hay concursos exclusivos para la web, algunos videos exclusivos (Que no se ven en TV, sólo en Internet) y de vez en cuando promocionan grupos musicales cuya página oficial es un blogspot…

Para terminar, y como sé que hay muchos otakus entre los que leen mis escritos, voy a aprovechar de mencionar que esta sí es una de las razones por las que hace algunas temporadas, el anime parece ir en declive: el negocio del anime está muy ligado a la televisión, y en un país tan desarrollado como Japón, las tendencias en tecnología van más a prisa, acentuando más la futura obsolescencia de la TV tradicional. Por supuesto, ese desarrollo también hace que muchas empresas ya estén probando soluciones al problema y reinventando su modelo de negocio para hacer frente a los nuevos tiempos. Pero hay que reconocer que estamos en una etapa de transición y eso se nota. Los verdaderos fans no se están quejando, por cierto, mas bien están siguiendo los cambios con mucha atención: Es en estas etapas donde hay más experimentación y salen las mejores obras.

P.S. Por si se están preguntando qué hace un peruano hablando de Televisa, aclaro que en Perú un buen porcentaje de la programación de TV viene de Televisa; sobre todo telenovelas, pero también alguna serie o comedia, y espectáculos. Hay gente que incluso cree que Televisa tiene sucursal en América Televisión, en Lima. De ahí que el tema se haya sentido localmente también.